Victoria muy importante la conseguida en esta jornada
intersemanal en el Pabellón Alameda ante un CB Tarragona que vino a plantar
cara hasta el final, a pesar de estar muy mermado por las bajas. Un partido que
servirá para que el equipo coja aire, pero del que hay muchas lecturas que
sacar. Especialmente a partir de la segunda parte. El marcador refleja una
ventaja de siete puntos, pero podrían haber sido mucho más. De hecho, buena
parte del partido Aceitunas Fragata Morón iba venciendo por casi una veintena
de puntos.
Pero algo, sea un exceso de confianza por la ventaja en
el marcador y el tiempo restante o los despistes defensivos (Tarragona ganaba
demasiados rebotes en ataque y encontraba mucho espacio abierto para sus tiros
de tres) que desesperaron a grada y banquillo, hizo que el equipo visitante se
creciese y no dejase el basket-average tan alto. Aun así, el triunfo sigue
valiendo lo mismo, y lo que el equipo falló en defensa lo compensó, con creces,
en ataque.
Soberbio arranque local, con un Alo Marín
absolutamente desatado (24 puntos en la primera parte gracias a 8 tiros de 10
en puntos de 2 y varios triples anotados) y un Chagoyen muy contundente atrás.
Dos factores que hacían que Aceitunas Fragata pusiese mucha distancia en el
marcador (15-5 en los primeros compases). Pero Tarragona empezó a buscar una
reacción y lo consiguió, acercándose en el marcador gracias al acierto en el
interior de sus jugadores. Terminaba el cuarto 22-21 gracias a un inmenso
parcial de los catalanes.
El segundo periodo continuó con la tónica del
anterior. Dominio de Aceitunas Fragata Morón, pero dejando con demasiada vida a
Tarragona, que seguía enganchado al partido gracias a triples demasiado fáciles
por despistes defensivos. Además, contaba Morón con el lastre de Ola Keshinro.
No el jugador, sino la excesiva dureza con la que los árbitros castigaban sus
acciones. Rápidamente se cargó de faltas y el equipo lo notó, especialmente a
la hora de dar descanso a un Chagoyen que repitió los 10 rebotes que atrapó en
la visita a Gandía. Tyler Gaffaney (también fantástico en ataque) y Alo Marín
aportaban la producción ofensiva. Descanso con 48-42.
Tras el paso por vestuarios, algo cambió. El ritmo anotador decreció (el tercer cuarto fue de 18-14) y Tarragona lo aprovechó para acercarse en el marcador (solo se puso una vez por delante, con una efímera ventaja de un punto), aunque Aceitunas Fragata Morón reaccionaba con rapidez gracias a los triples de un Rubén Gutiérrez muy inspirado. Así se mantenía el toma y daca en este periodo, que acabó con los locales diez arriba. Pero en defensa seguían los problemas, y eso se notaría en el último periodo.
Si bien es cierto que Aceitunas Fragata Morón tuvo el
partido controlado en todo momento, los últimos compases no estuvieron bien. El
tanteo inicial repartía puntos para ambas escuadras, pero todo fue un
espejismo, ya que los locales pusieron la directa y finiquitaron el partido con
rapidez. O eso parecía. A fin de cuentas, 84-66 a falta de 3 minutos por
disputarse es una ventaja muy amplia como para que peligrase la victoria. Y no
lo hizo por eso, por el tiempo. Porque Tarragona empezó a aprovechar esa
sensación del trabajo realizado y metió 13 puntos en el mismo tiempo que Morón
anotaba 2. Aun así, victoria importantísima que sirve para afrontar dos viajes
complicados tras las vacaciones de Navidad. No regresará el equipo a casa hasta
el 14 de enero.
Lo mejor del encuentro, las grandes actuaciones de
Chagoyen, Alo, Tyler y Rubén Gutiérrez, así como una mayor muestra de recursos
en ataque y alternativas en las jugadas. Eso es lo que debe potenciar el equipo
y corregir los errores defensivos de hoy para seguir haciendo mucho ruido en la
LEB Plata.
Juan Luis Mármol
Fotos: Juan Vázquez y Adrian Castillo
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